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LA METODOLOGÍA EN LOS TIEMPOS DE LA POSMODERNIDAD
BASES PARA UN NUEVO LIBRO DE METODOLOGÍA EN CIENCIAS SOCIALES

El objetivo fundamental del texto es identificar los elementos constitutivos del saber metodológico para dar cuenta de los cambios en dicho campo en los tiempos de la postmodernidad. La pluralidad social, la coexistencia de paradigmas y la crítica a la linealidad progresista son algunos de los elementos señalados por el autor para identificar a la metodología como una construcción social. El texto con-cluye con la definición de unas nuevas reglas del saber metodológico que parten de la no neutralidad paradigmática y técnica. Palabras claves: metodología/ postmodernidad/ ciencia/ saber/ paradigma/ meto-dología cuantitativa/ metodología cualitativa. The central objective of this text is to identify the constitutive elements of methodological knowledge and the changes that have occurred in this field during postmodern times. The author highlights social pluralism, the coexistence ofparadigms and the critique ofprogressive linearity as three traits that point to methodology as a social construct. The article concludes with the description of nevo rules for methodological knowledge based upon paradigmatic and technical non-neutrality. Keywords: methodology/ postmodernity/ science/ knowledge/ paradigm/ quantitative methodology/ qualitative methodology. En este artículo trato de elaborar unas bases
juegos de lenguaje, c) una simbólica, y d) para la comprensión de las transformado- unos bienes por los que se lucha. Desde un nes y acuerdos más recientes (con sus impli- caciones en la investigación y en la enseñan- metodológico no es un campo distinto en estos aspectos a cualquier otro que surja en la vida social. Es, además, devenido, especí- Bourdieu (1990,1998), entiendo un ámbito fico y relativamente autónomo, distinguible estructurado de relaciones sociales jerárqui- a la luz de una visión histórica y, a la vez, cas en el que hay: a) estrategias de juego, b) integrante del conjunto de las otras áreas de 1 Profesor Asociado y director de la maestría en Ciencia Política, Departamento de Ciencia Política, 2 Estas transformaciones y consensos desde mi punto de vista empiezan a tomar fuerza a mediados de los años ochenta y se vuelven visibles y potentes durante los noventa, al menos en América Latina. Ciertamente tienen que ver en esta parte del mundo con el fenómeno de ocaso del marxismo como horizonte o paradigma en la producción de las ciencias sociales y con lo que de manera gruesa se llama la aurora de las perspectivas culturalistas. saber especializado que conforman las cien- El movimiento que repiensa el ser de las cias sociales. Como campo y al igual, por ciencias naturales se caracteriza por intentar ejemplo, que la llamada teoría social, el humanizarlas o por reconocer, a veces algo metodológico tiene su propia historia de tácitamente, más sus parecidos que sus dife- conformación, sus épocas de debate y rup- rencias con las ciencias sociales. Se puede tura, de perspectivas hegemónicas, así como hablar del nuevo planteamiento de la obje- sus momentos de claridad y oscuridad. En tividad (ya no como fidelidad al objeto), de adelante, se reconstruirán preferentemente la reconceptualización de la exactitud del esos elementos clave que dan sentido a sus conocimiento (menos como una distinción de naturaleza y más como una gradación), y del uso y papel de la interpretación en las disciplinas "duras", de la realidad y conse- cuencias de los fenómenos irreversibles y de la imposibilidad de toda determinación (que implica hablar de causalidad como metáfo- Recientemente, buena parte de las ideas acer- ra), al igual que de los cuestionamientos al ca de la refundación obligada del campo del uso instrumental y controlador de la natu- saber metodológico han provenido del mun- raleza y la sociedad por parte de la ciencia. do de las ciencias naturales, aunque parezca Si bien no hegemónico, hay un nuevo espí- paradójico. Las críticas y propuestas sobre ritu, una nueva sensibilidad que no admite una nueva identidad en la metodología de considerar que la ciencia ocupa el lugar de las ciencias sociales se asientan, se comple- Dios, ni el de los hombres, suplantándolos, mentan, en realidad, coinciden perfectamen- como tampoco que es el saber dirimente por te con las propias perspectivas reidentifica- En esta circunstancia hay quienes hablan del ocaso de la cultura científica. Un fenó- hablar mucho de los aportes anteriores de Kuhn, Feyerabend o Lakatos respecto de la ubicación privilegiada a una posición equi- mitología, las formas de legitimación y las valente a la de otros "saberes" o "culturas", posibilidades de escribir una historia dife- en el sentido de cuerpos de conocimiento rente de la ciencia en el sentido de más hu- reveladores y significadores del mundo. La mana, menos fantástica y menos progresiva ciencia se habría tornado menos importante en su desarrollo3; es más importante men- por la conciencia de sus propias debilida- cionar qué piensan los nuevos científicos de des, al empezar a verla más como un fenó- las ciencias naturales, como Prigogine y Stengers (1983) y cómo esos pensamientos como un proceso social y no como una enti- dad ahistórica. La ciencia es vista como una 3 Ver sobre estos autores: Kuhn (1975), Feyerabend (1974), Lakatos (1987). 4 En efecto, este tema produce mucha controversia y división en las comunidades académicas. Son divisiones al interior de disciplinas y entre disciplinas. No obstante, se constata que, como tema de discusión, es un asunto que ya no puede pasarse por alto. La metodología en los tiempos de la posmodernidad • 7 construcción social y por ende también diciendo que: "Llegamos así a la frontera de discursiva. Holton califica este movimiento nuestros conocimientos en un ámbito don- como la rebelión contra la ciencia en el final de razonamiento físico y especulación se del siglo XX, el que considera es un desafío delimitan con dificultad." (Prigogine, 1997: para su propia legitimidad (Holton, 1998)5. Lo que está detrás de la reidentificación de las ciencias naturales y de las ciencias que ciencia sobre la índole y utilidad de la cien-las consideraron sus paradigmas, es la tenta- cia tienen repercusiones en el campo de lo tiva por un cambio radical de actitud del propiamente metodológico, particular-hombre hacia el mundo y hacia el saber y mente en ciencias sociales. Tanto la histo-sus caminos. Deben cuestionarse los méto- ria de la ciencia misma, como los debates dos únicos, generalizadores y objetivantes; epistemológicos recientes han de confor-las consecuencias reduccionistas y homoge- mar la transmisión (enseñanza) de cono- nizantes de su uso, para intentar una visión cimientos y la práctica de la investigación, que contenga una capacidad para ver las de modo que se sustenten con mayor fuerza cosas como otros las ven: más empática, que en este contexto. pueda aprehender el pluralismo del mun-do, que comprenda más y explique me-nos. Se necesita liberarse de la mediación las cosas, al tiempo que desarrollar mayor confianza en la propia subjetividad. La En el campo de la epistemología y metodo- humanidad, si se quiere, debe relativizar logía de las ciencias sociales se experimenta su dependencia secular del discurso de la una honda convicción por volver a escribir su historia. Hay un consenso en la actuali-dad por revisar y sustituir las narrativas clá- La ciencia natural y especialmente la fí- sica, ha atravesado por verdaderas conmo- años aceptadas. Ciertamente las narrativas ciones a lo largo del siglo XX. Prigogine, en que hay dentro de esta convicción renova- su brillante trabajo en que hace una revisión dora dan cuenta de unos principios diferen- crítica de las principales ideas-fuerza de ésta, tes (una ética y valores alternativos), a veces sugiere la conformación de una nueva ra- inéditos en este campo. De acuerdo con ello, cionalidad que dé cuenta del universo con no son ni pueden ser historias maniqueístas, más cautela y profundidad. Según él,". tan- tampoco son lineales y progresivas, mucho to en dinámica clásica como en física cuántica las leyes fundamentales ahora expresan po- poco injustas o parcializadas. Si se quiere, la sibilidades, no certidumbres". Y continúa historia del desarrollo de la metodología en 5 La ciencia no puede apoyar su legitimidad y reconocimiento con los argumentos del pasado: infalibi- lidad, exactitud permanente, objetividad, neutralidad política, desinterés por lo prosaico, amor al conocimiento por el conocimiento, entre otros. ciencias sociales no debe ser ni ocultadora a veces viejos problemas del conocimiento ni alienante; no para la venta, sino para la de la realidad social, se aproxima a la com- reflexión. Esta historia da cuenta de momen- plejidad de un asunto que por muchos años tos de perspectivas metodológicas hegemó- fue tremendamente simplificado. Cuando se nicas y, simultáneamente, a veces a la som- explora en las convicciones y en los esfuer- bra, de un desarrollo de perspectivas zos de los pensadores por aclarar sus postu-competitivas y críticas6. Una idea más lados, sea de uno o de otro sector, se entien- kuhneana de la historia, en términos de se- cuencias de hegemonías paradigmáticas, con nunca han sido fáciles de resolver, a dife- desarrollos paralelos de otros ejemplos, se rencia de la forma como los manuales más entiende como la manera más adecuada de famosos lo hicieron parecer. En esta histo- sible el simplismo y el ocaso del uso de manuales8. En esta mirada, se entiende porqué cada vez se ha extendido más en el tiempo el ori- Los tratados de metodología actuales par- gen de las llamadas metodologías cualitati- ten siempre de una historia y una sociología vas. Su génesis no está en la famosa "Batalla de las ideas en el campo y, como veremos del método" alemana, protagonizada por después, se esfuerzan por comprender cómo Rickert, Weber y Dilthey, entre otros7. En esa es que llegamos a una actualidad diversa y medida, si esta perspectiva es fuerte, se debe dispersa caracterizada por una coexistencia a que hunde sus raíces en tradiciones filosó- paradigmática, al punto de haberse fortale- ficas que nos remontan a los griegos, en par- cido los planteamientos de convergencia y ticular a los principios de la filosofía aristo- télica. Para ser verdad, ni las metodologías to de investigar9. A la par, este talante reno- cuantitativas, ni las cualitativas son produc- vado se muestra menos normativo, pues no ciones recientes. Pero ello no es tal vez el evidencia la forma inequívoca de hacer las mayor reto; la cuestión está en cómo contar, cosas en investigación, sino que sugiere en detalle y sin olvidos crasos, el proceso cómo pueden hacerse, sin pretensiones, qui- que va desde ese origen remoto hasta nues- zás, de alcanzar alguna verdad incuestio- tros días. Cuando se repara en las transicio- nes, rupturas y nuevas formulaciones de los 6 Ver Mardones (1991) y Vasilachis de Gialdino (1993), entre otros. Para el primer autor existen dos grandes fuentes históricas en la ciencia: una, que llama la tradición aristotélica; y otra, la tradición galileana. En la primera estarían prefigurados los principios o bases de los posteriores desarrollos en el terreno de las metodologías cualitativas. 7 Una magnífica versión de este episodio de las ciencias sociales puede encontrarse en Rossi (1982). Hasta hace poco el gran hito en la discusión sobre la naturaleza epistemológica y metodológica de las ciencias sociales se consideraba esta polémica de finales del siglo xix comienzos del siglo xx. 8 Se puede hacer recuerdo con dos manuales clásicos, de uso generalizado en los años 60 y 70: Goode y Hatt (1986) [1952] y Selltiz y otros (1976) [1959]. 9 Pueden verse varios textos importantes en esta línea: King, Keohane y Verba (1994), Valles (1997) y La metodología en los tiempos de la posmodernidad • 9 su verdadero peso a la subjetividad y la ca- metodología a la manera de Bunge en su In- pacidad de elección de los agentes sociales, vestigación científica. Dice así: "La ciencia es se ve reflejado en la voluntad contemporá- un estilo de pensamiento y de acción: preci- nea cuando considera todo acopio solamen- samente el más reciente, el más universal y te como unos constreñimientos que orien- el más provechoso de todos los estilos (Bunge, tan pero no determinan la acción de los 1989:19). De partida están las creencias, es- agentes que investigan. La metodología, tán los valores. Frente al poder comparativo como el conjunto de las recetas a seguir al de la ciencia no queda más que la adhesión. Pero ello ha cambiado. Los recientes traba-jos de metodología empiezan reconociendo paradigmas, aceptando la diferencia, se en- frascan en su posible clasificación, en el nú- mero de ellos, al tiempo que parten de la premisa de que toda decisión metodológica concreta supone compromisos de fondo pa- Partiendo del concepto de campo y paradig- radigmáticos. En esto hay que estar de acuer- ma se hace más visible y comprensible el do: a muy pocos se les ocurre enseñar o mos- debate entre metodologías cuantitativas y trar en qué consiste lo metodológico sin antes cualitativas en ciencias sociales. Los actores hacer conciencia en que hay paradigmas y bandos o equipos y tratan de defender sus ideas utilizando los mismos medios que los lógicas reflexivas, en tanto, al momento de actores "no especializados" (legos). En los investigar, es preciso saber a qué paradigma últimos años tanto los cualitativistas como respondemos y cuáles son sus límites. La los cuantitativistas, han querido hacer rei- antigüedad metodológica se ufanaba y es- nantes sus perspectivas. La lucha y compe- forzaba por introyectar la línea correcta; en tencia ha sido dura y se ha basado en el prin- esto no era diferente a cualquier sectarismo. cipio de no-pertinencia. Este consiste en Su discurso político tenía la aparente virtud imputar una falta total de adecuación de de- de distinguir con facilidad la ciencia de la terminados postulados metodológicos en el no-ciencia, la objetividad de la subjetividad, área de la investigación concreta: los fenó- el método único y la racionalidad perfecta, además de proponer un ideal de científico- persona inexistente. La investigación con- creta se convertía, así, en la aplicación fácil y dencia objetiva. En el fondo se ha querido mecánica de unos postulados que se daban o mantener el estatuto más añejo del para- por probados y fiables siempre. Por contra- digma cuantitativo, o su reemplazo total partida, ahora se tiende a la creatividad: los problemas metodológicos a resolver son de-safíos a la imaginación, a la renovación y a la búsqueda de soluciones que no siempre coin- metodología hay que superar esta falsa y ciden con el acervo de conocimientos. El dogmática disputa. Hay que mostrar, segu- dilema acción-estructura, resuelto en los úl- timos años en la teoría social confiriéndole cómo es que llegamos a una polémica que no parece ser tan fundamental como se le vo vs. cualitativo) a otros que clasifican tres presenta. Un o una estudiante deberá re- o cuatro. Crabstree y Miller, en un trabajo flexionar sobre estas cosas: a) La autoridad bastante influyente (1992), hablan de tres en el campo metodológico siempre es relati- va y constructiva socialmente, es decir, no es sión habermasiana sobre el punto. Las cien- unificada ni única, no existe quién tenga la cias sociales se constituirían y contrapon- última palabra. Cuando ello es así es porque drían entre el paradigma de la "Imaginación existe un campo que está organizado en tor- materialista", el de la "Indagación cons- no a esa autoridad o porque en éste, por al- tructivista" y el de la "Indagación crítica". Por gún tipo de acuerdo, se llegó al consenso su parte, Guba y Lincoln (1994), reconocen sobre su superioridad, b) Aún como fuere, el cuatro: el positivismo, el pospositivismo, lo paradigma cuantitativo está seriamente cues- que se llamaría la teoría crítica y anexos tionado, sus rivales son poderosos y cada vez (neomarxismo, feminismo e indagación par- más aceptados, c) La polémica, que contiene ticipativa) y el constructivismo (Piaget, por ciertamente un sustrato ontológico y episte- delante, junto con la fenomenología social de mológico, también se explica como resulta- Schutz y la etnometodología de Garfinkel). do de ciertos énfasis en la formación profe- No es el lugar aquí para explicar sus cualida- sional. Para ponerlo de manera simple: los des distintivas; vale la pena sí resaltar la diver- economistas y politólogos, término medio, sidad que conforma el campo metodológico. son enseñados en cuantificar y objetificar; y los antropólogos, término medio, lo son en interpretar el mundo subjetivo, d) Finalmen- te, no hay que ser investigador cualitativo o cuantitativo, ninguno es ideal de identidad, no se puede tomar partido. Es desde el pro- El reto más reciente, luego de todas las críti- blema de investigación y su objeto de cono- cas vistas, específicamente de las clasifica- cimiento de donde se deriva la perspectiva ciones binarias, es el de la integración meto- dológica. Se puede decir que la superación de este reto es el capítulo final de la historia del campo metodológico, hasta nuevo avi- también hay que reflexionar: el referente a la so. Para decirlo de otro modo: si antes se variedad paradigmática. Se puede estar de buscaba y defendía la diferencia y la dispu- acuerdo con la existencia de paradigmas, en ta, ahora tiene un lugar la búsqueda de inte- su inconmensurabilidad y sobre cómo dan gración y convergencia, en un espíritu tole- sentido a la comprensión del campo rante. Este intento supone que las diferencias metodológico; en lo que es difícil coincidir no son tan radicales o que los paradigmas es sobre cuántos y cuáles son. Históricamen- no son tan excluyentes y que, en el plano te, este análisis ha ido cambiando. Se ha pa- estrictamente de las decisiones metodológi- sado de un discurso binario que precisa y cas, es posible complementar, combinar o triangular, como técnicamente se le llama a paradigmas en ciencias sociales (cuantitati- 10 Véase Bericat (1998). Este libro es una reflexión muy elaborada, crítica y prepositiva sobre el tema. La metodología en los tiempos de la posmodernidad • 11 La integración es el correlato de la in- que empieza, pero no cómo ni por dónde fluencia posmoderna en el campo de la me- continúa, ni en qué resultados termina. todología11. Tengo la sensación de que sin un espíritu posmoderno continuaría la im- posibilidad de diálogo. Sin embargo, el arri- halo suprahumano, menos racional y plani- bo de esta sensibilidad es productivo por va- ficada, se hace más asequible y comprensi- rias razones. En un talante posmoderno es ble, se la entiende y se la considera. Vistas en acertado sentenciar que la metodología no sus mecanismos discursivos se revela que las escapa a una razón discursiva: debe tratarse disputas pueden ser menos esencialistas, puesto que estos son elementos relativos. riamente verdades incuestionables, aunque Desde este punto de vista no hay cómo ha- en su interior haya quienes poseen una vo- luntad de verdad, tomando el concepto de Foucault. Como tal, el discurso predominan-te quiere legitimarse, forma parte de unas relaciones de poder y se afinca en su ideolo- gía; excepto quizás en sus desarrollos más recientes, es funcional o correspondiente al discurso de la modernidad, envuelto en la supone también hablar de unas nuevas re- narrativa de progreso de la especie humana. glas de juego, entendidas como formas de proceder, guías para la acción, no necesaria- tribuido con esa narrativa que crea una fic- mente como "normas" con connotaciones ción sobre el devenir, en el sentido de que restrictivas. Es que el riesgo de sentirse en el hay formas más eficaces y eficientes de co- vacío, en la anomia donde todo puede valer, nocer la realidad y que, por ello, progresa- mos. La influencia posmoderna deja abierta negarlo, anularlo o destruirlo. Estas reglas la posibilidad de otras maneras de conocer o de revelar, desmonopolizando esta respon-sabilidad del campo metodológico; su lle- 1. Es preciso distinguir ciencia y saber. gada a éste es lo que permite comprender la Como dice Bericat, "La ciencia constitu- fascinación por el conocer literario, el acer- carse a la novela porque reconstruye y revela con menos protocolos de investigación, la mirada a la orilla del procedimiento policia- humano. El saber, por el contrario, habla Ginzburg (1986,1989), donde la intuición y la huella de los indicios van creando un pro- relación que el yo ha de instituir con su ceso de investigación del cual sólo se sabe interioridad y exterioridad, relación que 11 Sobre los retos y los aspectos positivos del posmodernismo en metodología, véase González (1999). Aquí, si bien se analizan las implicaciones en la historia, se logra presentar lo más sustantivo del espíritu posomodemo y sus aciertos. escapa a consideraciones científicas. La Bunge, Mario. La investigación científica, su estrategia ciencia está en el saber necesario, pero y su filosofía, Barcelona: Ariel, 1989. Crabtree, B. F. y W. L. Miller (eds.). Doing qualitative 2. Aplicando los términos de la teoría de la estructuración de Giddens, el método es Delgado, Juan Manuel y Juan Gutiérrez (coords.). una realización práctica de los actores Métodos y técnicas cualitativas de investigación so- cial, Madrid: Síntesis sociológica, 1998. miento. Es resultado, a su vez, de las ne Feyerabend, P K. Contra el método, Barcelona: Ariel, cia de investigación. Es una construcción cambiante en el sentido de su estructu Ginzburg, Cario. El queso y los gusanos, Barcelona: ración permanente. Por consiguiente, la Ginzburg, Cario. Mitos, emblemas, indicios, Barcelo- González, Marisa. "Los retos de la historia ante la 3. Las elecciones técnicas no son neutrales postmodernidad y las nuevas corrientes histo- riográficas". Historia Crítica, No. 18, enero-ju-nio, 1999. promisos epistemológicos y ontológicos de los cuales hay que tener conciencia, Goode, W. y E Hatt. Métodos de investigación social, pues son su marco de acción. No hay elec ción en el vado ni cómo esconder la adhe sión aunque no sea reflexiva. De ahí que Guba, E. G. y Y. S. Lincoln. "Competing paradigms in qualitative research". Handbook of qualitative research. Thousand Oaks, California: Sage, 1994. Holton, Gerald. Einstein, historia y otras pasiones. La 4. Coherente con lo anterior, no puede ha rebelión contra la ciencia en el final del siglo XX, ber una no-conciencia paradigmática. Al Kuhn, T. S. La estructura de las revoluciones científicas, contrar los límites del conocimiento pro México: Fondo de Cultura Económica, 1975. Lakatos, Imre. "La falsación y la metodología de los programas de investigación científica". Lakatos, I. y A. Musgrave, La crítica y el desarrollo del cono- cimiento, Barcelona: Grijalbo, 1975. Bericat, Eduardo. La integración de los métodos cuan- titativo y cualitativo en la investigación social. Lakatos, Imre. Historia de la ciencia y sus reconstruc- Significado y medida, Barcelona: Ariel socioló- ciones racionales, Madrid: Tecnos, 1987. Maffesoli, Michel. El conocimiento ordinario. Compen- Bourdieu, Pierre. Sociología y cultura, México: Grijal- dio de sociología, México: Fondo de Cultura Eco- bo-Consejo Nacional para la Cultura y las Ar- Mardones, J. M. Filosofía de las ciencias humanas y Bourdieu, Pierre. La distinción. Criterios y bases socia- sociales, Barcelona: Anthropos, 1991. les del gusto, Madrid: Taurus, 1998. La metodología en los tiempos de la posmodernidad • 13 Prigogine, Illya e Isabelle Stengers. La nueva alianza: Selltiz, C. y otros. Métodos de investigación en las rela- metamorfosis de la ciencia, Madrid: Alianza Edito- ciones sociales, Madrid: Rialp (1976) [1959]. Valles, Miguel. Técnicas cualitativas de investigación Prigogine, Illya. El fin de las certidumbres, Madrid: social. Reflexión metodológica y práctica profesional, Rossi, Paolo. "Introducción". Max Weber, Ensayos Vasilachis De Gialdino, Irene. Métodos cualitativos I. de metodología sociológica, Buenos Aires: Amo- Los problemas teórico-epistemológicos, Buenos Ai- res: Centro Editor de América Latina, 1993.

Source: http://www.morada.co/files/1013/8248/9673/-data-Col_Int_No.54-01_Rev_54_1.pdf

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DIARIO DE LOS PODER LEGISLATIVO DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE CHIHUAHUA LX LEGISLATURA NUMERO 64 Decimoctava Sesión del Segundo Período Ordinario de Sesiones, dentro del Segundo Año de EjercicioConstitucional, celebrada la mañana del Día 6 de Mayo de 2003, en el Recinto Oficial del PalacioLegislativo. 1.- LISTA DE ASISTENCIA Y APERTURA DE SESION. 2.- ORDEN DEL DIA. 3.- ACTA DE

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