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SALA PRIMERA:CONSTANCIASTal como lo tiene dicho esta sede tribunalicia (Sala II, sent. del 28/12/00 encausa 2774, "Alfonso Nœ–ez") no es necesario que consten en acta lasalternativas de la adquisici—n probatoria efectuada a travŽs del debate para que Žstas luego puedan ser v‡lidamente invocables en el veredicto y sentencia
Co n f o r m e Sala Pr i m er a, s en t en c ia d el en c au s a 2462: M EYER, Dan iel A r n ald o s /
r ec u r s o d e Cas ac i— n
Del acta del debate surge que el Sr. Defensor presente en el acto, a mas de nohaber formulado protesta alguna al continuar el Tribunal con la marcha de laaudiencia luego de invitar a las partes a formular el derrotero de su exposici—n,ha consentido t‡citamente la circunstancia al no impedir que continœe laaudiencia.- Es evidente que la estrategia defensista consisti— en no formular queja alguna ni objeciones, no s—lo al momento de celebrarse la audiencia de debate,cuanto al tiempo de ser escuchado en la audiencia respectiva y en el juicio.-Si no hubieran quedado claras las l’neas de la acusaci—n, la Defensa debi—plantearlo inmediatamente para hacerse cargo de su propia estrategia.
La inacci—n del Defensor de la instancia originaria no puede ser salvadaposteriormente por la Defensa ante Žsta Casaci—n; la responsabilidad por losactos propios aparece manifiesta.- El silencio del acta no es otra cosa que el resultado de que las partes conformaron la providencia del Tribunal, y establecieron de consuno las l’neasde la acusaci—n y la defensa por las que se desarrol ara el juicio.- &RQIRUP H 6DOD 3ULP HUD  VHQW GHO  HQ FDXVD 1ž   /ySH] +XJR V
Rec u r s o d e Cas ac i— n
Resulta de toda evidencia que en el acta de debate el quejoso no inst— que sedejara constancia alguna de esos testimonios a los que les otorga significativa UHOHYDQFLD \ GLFKD RPLVLyQ QRV LPSLGH ±DKRUD FXHVWLRQDU HO YDORU FRQYLFWLYRdistorsionado que denuncia o la equivocidad y vaguedad en las precitadasdeclaraciones que lo llevan a afirmar que con ellas no es posible arribar a unacondena.
El dŽficit apuntado relativo a la inacci—n del defensor de la instancia originaria,que importa clara muestra de la evidente responsabilidad por los actos propios,no puede ser salvada por la posterior intervenci—n de la defensa en Casaci—n.
6DOD,VHQWGHOHQFDXVD1ž /ySH] 
Co n f o r m e Sala Pr i m er a, s en t en c ia d el 12/03/2002 en c au s a 3079: Go m ez, Vic t o r
Felic ian o s / Rec u r s o d e Cas ac i— n (Reg is tro 85/2002)
Del acta que lo reproduce no resulta que ha dicho cada uno de los testigosenlistados. En ello opera la responsabilidad por los propios actos puesto que esfacultad de las partes reclamar del Presidente del Tribunal de Juicio la inclusi—n en el acta de los elementos sobre los que luego se sustentar‡ la continuidad desu estrategia de defensa.
Si no se ha hecho constar en el acta el tenor de tales aportes, es materiavedada para este Tribunal lo que hayan dicho, puesto que esos textos han sido DGTXLULGRVH[FOXVLYDPHQWHSRUHO³DTXR´\HVFDSDQDHVWHFRQWUROUHYLVRUGDGR TXH±HQODH[SOLFLWDFLyQ\UHODFLyQGHORVPLVPRVKHFKDVSRUHOVHQWHQFLDQWHWDOcomo lo sostuvo el doctor Lapargo no se advierte vicio alguno delrazonamiento.
Co n f o r m e Sala I, s en t en c ia d el 19/03/2002 en c au s a 1994: Diaz, f ab i an A lb er t o s /Rec u r s o Cas ac i— n
(Registro
113/2002)

Source: http://www.defensapublica.org.ar/jurisprudencia/ACTA-DEBATE.pdf

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